CULTURA Y PATRIMONIO

 

El Alto Aragón, suma más kilómetros de escenarios naturales protegidos que ninguna provincia de España.

 

Un patrimonio inagotable en el que siempre ha trascendido el calor humano. Un medio natural precisamente variado y contrastado, de una gran magnitud paisajística. Dicha riqueza en especies y formas de vida es la que, finalmente ha condicionado la presencia de determinadas actividades humanas, hasta el punto de que existe una cierta continuidad entre la diversidad cultural y la biológica.
La comarca está declarada Geoparque del Sobrarbe, resultado de la variedad y compleja riqueza del patrimonio geológico.
El clima y la altitud regulan la forma de vida de las gentes de estos lugares. Por lo tanto ha sido la ganadería la principal ocupación del hombre pirenaico. Los frecuentes desplazamientos a los que obliga la práctica de la trashumancia hacen necesaria la construcción de edificios complementarios en la montaña,  “mallatas , y típicas bordas en los campos alejados de los núcleos urbanos ,  donde en la planta de arriba está el pajar y en la baja se refugia el ganado muchas veces con el pastor,
 

sino se ha construido una borda contigua.Los pueblos por lo tanto están ubicados también con los condicionantes del medio geográfico, los géneros de vida y del clima. La orientación de los pueblos al mediodía, el escalonamiento de las vertientes, la pequeñez de los ventanales y aberturas, los aleros salientes, los tejados a dos aguas y muy pronunciados y el adosamiento de unas casas con otras son algunos de los recursos que los edificios adoptan para protegerse.
 

La arquitectura popular rigurosamente austera, con una aparente tradición románica por su pesadez y simplicidad en las líneas. Los materiales empleados son los que la naturaleza más,  próxima ofrece: gruesos sillares de piedra, arcos y dinteles de piedra a menudo labrados, losa para los tejados, cal y arena, madera en puertas, ventanas y balconadas. De los tejados de losa emergen importantes chimeneas troncocónicas culminadas por los típicos “espantabrujas”

Los detalles vivos de arquitectura rural están aún presentes en todo el territorio, sin que sea necesario ceñirse a los pueblos más conocidos y apreciados. Prácticamente no hay una población por mas escondida y alejada que esté que no presente motivos de interés, simplemente habrá que buscar y no cejar, porque siempre podremos disfrutar el detalle singular, artesano, decorativo, funcional y curioso.

 

El visitante no debe esperar encontrar en los alrededores del Parque Nacional una arquitectura grandiosa; el aislamiento en el que han permanecido estos valles durante siglos hizo que permanecieran ajenos a las corrientes estéticas del arte, de ahí que las obras de apariencia románica, pertenezcan en realidad al S/ XVI o que incluso sean posteriores.

   
   
Si es cierto que el estilo románico es el más difundido y representado en esta zona, uno de los ejemplos es la ermita de los santos Juan y Pablo de Tella –S/XI-,la iglesia parroquial de san Vicente Mártir de Vio-S/XII-,las ruinas y el puente de San Nicolas de Bujaruelo del S/XIII. Fuera del Parque pero en la comarca del Sobrarbe el románico tiene su esplendor en el Monasterio de San Victorian, declarado Monumento Nacional y considerado como el más antiguo de España. La huella del románico se extiende en la Ruta del Camino de Santiago en plena Jacetania con la Catedral de Jaca y su museo diocesano, Santa cruz de la Seros y el Monasterio de san Juan de La peña.
En lo que es la comarca del Sobarbe hay más de doscientas ermitas catalogadas, infinidad de casas infanzonas y torres defensivas, restos de castillos y fortalezas: ( Ej. Ainsa, Boltaña ),bordas, molinos, esconjuraderos ,( en Asin de Broto tenemos el único del Valle), batanes etc.
La zona del Sobrarbe es la zona más castigada por la despoblación tras el Serrablo, lleno de pueblos de casas caídas,(Janovas o Burgase), visitar estos paisajes despoblados es toda una lección.
       

En el pueblo donde estamos ubicados TORLA tenemos que decir que pese a su reconversión y decantamiento hacia las actividades turísticas, aún conserva numerosos edificios de antaño. Presidido por la iglesia de San Salvador del S/ XVI reformada posteriormente, en cuyo exterior destaca la portada tardogötica, asi como la torre, vigía de todo el Valle y con una función claramente defensiva.

Núcleo en el que podemos apreciar formas y componentes habituales de la arquitectura tradicional altoaragonesa, destacando determinadas casas como la de “Lardies” y “Sastre” en la plaza mayor,”Bun”, “Olivan”, “Ruba” y la conocida como” Casa Viu” ejemplo perfecto de casa fuerte en la que la puerta de entrada está presidida por el escudo de armas de sus propietarios.
Sus calles estrechas, pendientes y empedradas recuerdan a los pasos de caballerías y ganado; todavía están los pasadizos y calles cubiertas, patios, portones, muros, tizoneras, galerías y chimeneas cilíndricas, algunas en construcciones recientes.


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